viernes, 28 de agosto de 2015

¿Os cuento un secreto?

Las expectativas, los miedo, el mañana, nos impiden disfrutar del hoy, del ahora, en plenitud. 

Es curioso como la gente, cuando se encuentra con alguien que se muestra feliz, raramente se lo cree, enseguida empieza a elucubrar, "estará fingiendo, disimula, es imposible...", aunque tristemente muchos de ellos si disimulan, para mostrar una vida que no tienen, y en contadas ocasiones admiten  que no todo marcha como debiera, hay otros que si, que se sienten bien consigomismos y con su entorno, que han conseguido que la retahíla de pequeños momentos felices se convierta en una constante.

Ser feliz no se basa en la ausencia de problemas, sino en saber admitirlos como parte del camino de la vida...

¿Os habéis dado cuenta, cuantas veces nos producen envidia las personas que parecen felices? Es como si nuestra, supuesta, incapacidad por serlo hiciera  saltar un resorte, resorte que en vez de alegrarnos nos amarga...
En seguida machacamos a nuestra mente con que no hay nadie sin quebraderos de cabeza ni disgustos... y sin duda, estamos en lo cierto...

A las personas felices, también les preocupa la hipoteca, la letra del coche, los colegios, el excesivo gasto de vacaciones,  la mirada triste de su retoño adolescente, las malas contestaciones y desaires, como afrontar los gastos del invierno,  el paro de sus hijos o las enfermedades familiares.
Les cuesta, como a los demás, levantarse por la mañana, aguantar a jefes, o a compañeros, mantener conversaciones inútiles al teléfono, atender a razones sin sentido, tirar del carro de familias o trabajos...
no están sordos, oyen los ruidos, ni ciegos, ven lo que sucede a su alrededor, no están locos, o si, si locura es mantener la ilusión y las ganas de seguir por encima de todo... tienen corazoncito y también les duele... 
no dejan de tener problemas, ni pretenden simularlo...

La diferencia con nosotros, es que las  personas que se sienten felices han decidido vivir en el ahora, mirar el lado positivo de lo que va llegando a sus vidas, y hacer un esfuerzo para encontrarlo.
Han llegado a la conclusión de que la alegría  te muestra una cara mas amable de la vida, que todo pasa y, que de una manera u otra se soluciona.
Que no quieren preocuparse por futuribles, que se resisten a que la negatividad les impida ver ese otro lado que todo tiene.
Las personas que intuimos felices decidieron no amargarse por el devenir, determinaron que a la vida hay que sacarle el jugo diariamente y que lo que se vive siempre es lo que sucede en el hoy, que el pasado ya se fue y el futuro es una incógnita que se nos desvelará cuando se convierta en presente.
Que de entre todo lo que nos acontece siempre hay cosas que merecen ser recordadas, observadas, y disfrutadas.
Las personas que se sienten felices, AMAN, perdonan, escuchan, acompañan, aceptan, disfrutan, se enamoran y sufren desamor e incluso lloran sin perder esa sonrisa, en ocasiones, apenas perceptible, que les ayuda a seguir y reconstruirse si es necesario... 
Entienden que lo que la vida les regala en cada instante es bueno para ellos, aunque, tal vez en ese momento, no lo comprendan, aceptan el dolor como parte del camino y construyen...

Las personas que se sienten felices alcanzan permanentemente el éxito, ya que agradecen y disfrutan aquello que tienen...

La felicidad es un don que todos tenemos, pero un don que hay que trabajar, diariamente.
Pues si, os voy a desvelar mi secreto,  desde que estoy centrada en el ahora me siento mucho más feliz... ¿Lo probáis?